Que mi nombre no se borre de la historia. Las 13 rosas. (+Documental)

Tras la ocupación de Madrid por el ejército franquista y el fin de la guerra, las Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse clandestinamente bajo la dirección de José Pena Brea, de 21 años. Tras el golpe de Estado del dictador Franco y el fin de la guerra, los dirigentes del PCE y las JSU habían abandonado España, dejando la organización en manos de militantes poco significativos, los cuales esperaban pasar más desapercibidos. José Pena, secretario general del comité provincial de las JSU, fue detenido por una delación y obligado a dar, mediante torturas, todos los nombres que sabía y firmar una declaración preparada. Roberto Conesa, policía infiltrado en la organización, colaboró también en la caída de la organización (Conesa fue posteriormente comisario de la Brigada Político-Social franquista y ocupó un cargo importante en la policía durante los primeros años de la democracia). La práctica totalidad de la organización clandestina cayó de este modo, sin apenas posibilidad de reorganización. La mayor parte de los detenidos aún no había tenido tiempo de integrarse en la organización clandestina o apenas acababan de hacerlo. A la captura de los militantes ayudó el hecho de que los ficheros de militantes del PCE y las JSU no habían podido ser destruidos, debido al golpe de Estado del coronel Casado, y fueron requisados por los militares franquistas al ocupar Madrid. Entre los detenidos se hallaban Las Trece Rosas, que fueron detenidas y conducidas primero a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, y después a la cárcel de mujeres de Ventas, construida para 450 personas en la que se hacinaban unas 4000. El 29 de julio, Isaac Gabaldón, comandante de la Guardia Civil, inspector de policía militar de la 1ª Región Militar y encargado del "Archivo de Masonería y Comunismo" (archivo que agrupaba los documentos recopilados por el ejército de Franco en su avance durante la guerra), su hija de 18 años y su chófer fueron asesinados en Talavera de la Reina en un atentado cometido por tres militantes de las JSU. En el Consejo de Guerra que se celebró el 3 de agosto (expediente 30.426) fueron juzgados 57 miembros de las JSU, de los cuales 14 eran mujeres. Entre los acusados se encontraban los tres asesinos de Gabaldón, mientras que la mayoría del resto habían sido detenidos antes del atentado. En el juicio se dictaron 56 penas de muerte, librándose sólo una de las mujeres.

Marxismo y Revisionismo (V.I.Lenin)

Es bien conocido el aforismo que dice que si los axiomas geométricos afectasen los intereses de la gente, seguramente habría quien los refutase. Las teorías de las ciencias naturales, que han chocado con los viejos prejuicios de la teología, provocaron y siguen provocando hasta hoy la oposición más enconada. Nada tiene de extraño, pues, que la doctrina de Marx, que sirve en forma directa a la educación y organización de la clase de vanguardia de la sociedad moderna, que señala las tareas de esa clase y demuestra la sustitución inevitable -- en virtud del desarrollo económico -- del régimen actual por un nuevo orden, haya debido luchar por conquistar cada uno de sus pasos. Inútil es decirlo, esto aplicado a la ciencia y la filosofía burguesas, oficialmente enseñadas por profesores oficiales para embrutecer a las nuevas generaciones de las clases poseedoras y "adiestrarlas" contra los enemigos exteriores e interiores. Esta ciencia no quiere oir hablar de marxismo y lo proclama refutado y aniquilado; Marx es atacado con igual celo por los jóvenes doctos que hacen carrera refutando el socialismo, como por los decrépitos ancianos que conservan la tradición de toda suerte de anticuados "sistemas". Los avances del marxismo y la difusión y el afianzamiento de las ideas marxistas entre la clase obrera provocan inevitablemente la reiteración y agudización de esos ataques burgueses contra el marxismo, que sale más fuerte, más templado y vitalizado de cada uno de sus "aniquilamientos" por la ciencia oficial. Pero, aun entre las doctrinas vinculadas a la lucha de la clase obrera y difundidas de modo predominante entre el proletariado, el marxismo de ningún modo consolidó su posición de golpe, ni mucho menos. Durante el primer medio siglo de su existencia (desde la década del 40 del siglo XIX) luchó contra teorías que le eran profundamente hostiles. En la primera mitad de la década del 40, Marx y Engels ajustaron cuentas con los jóvenes hegelianos radicales, cuyo punto de vista era el del idealismo filosófico. A fines de esa década, en el campo de las doctrinas económicas pasó a primer plano la lucha contra el proudhonismo. Esta lucha terminó en la década del so con la críiica de los partidos y doctrinas que habían surgido en el turbulento año 1848. En la década del 60, al expulsar al bakuninismo1 de la Internacional, la lucha se desplazó del campo de la teoría general a un campo más cercano al movimiento obrero propiamente dicho.

El concepto leninista de la propaganda y la agitación

En todas las etapas de la lucha histórica del proletariado, por extirpar del mundo la explotación imperialista, luchando por el socialismo, la propaganda de las ideas del marxismo-leninismo tienen un papel extraordinario. En los años 1890-1900, cuando la clase obrera de Rusia entró en la etapa de la historia con su gran lucha por la libertad, Vladimir Ilich, el gran Lenin, vio en el anuncio de la doctrina de Marx y Engels la tarea más importante de la socialdemocracia rusa . Lenin escribió entonces: "Los socialdemócratas rusos lo ven como su tarea, en primer lugar, "propagar" la doctrina del socialismo científico, para difundir entre los trabajadores sólo los conceptos sobre el orden social y económico contemporáneo, en sus fundamentos y su desarrollo en las diversas clases", "la sociedad rusa, sobre sus relaciones, sobre la lucha de estas clases entre sí sobre el papel de la clase obrera en esta lucha en su actitud hacia las clases, que degeneran y, los que se desarrollan, con el pasado y el futuro del capitalismo en la tarea histórica de la socialdemocracia y la clase obrera internacional de Rusia" (1). De acuerdo con el contenido propagandístico, Lenin también define el contenido de la agitación. Lenin dice que el propagandista debe dar un montón de ideas, que serán asimilados por algunas personas. El agitador, hablando sobre el mismo tema, debe dar a las masas una sola idea. Cuando, por ejemplo, el propagandista habla de desempleo, a los trabajadores se tiene que explicar la naturaleza de la crisis, la razón de su inevitabilidad en el mundo capitalista, describir la necesidad de convertir la sociedad capitalista en una sociedad socialista, etc. El agitador, al hablar de desempleo va de frente al problema, por ejemplo, el caso de una familia de trabajadores desempleados, hambrientos, y con este u otros ejemplos intentar de producir la indignación masiva contra el orden capitalista injusto, dejando la explicación completa de estos casos a los propagandistas. Lenin demostró una vez más que no se puede separar el trabajo teórico de la labor de propaganda, agitación y organización.

Encuesta sobre opinión política (+Imágenes)














Encuesta sobre la opinión pública con respecto a los temas políticos de actualidad, realizado el 29 de Julio de 2013 a residentes o turistas nacionales, de distintos grupos de edad en los alrededores de San Javier y Santiago de la Ribera, ambos en la región de Murcia.

Los temas tratados son:

       -República / Monarquía

       -Gestión pública / Gestión privada de la sanidad

       -Pago de la deuda

       -Existencia de asambleas populares

       -Economía de Mercado / Economía Planificada (Capitalismo / Socialismo)

La fortaleza de Brest (+Película)


Brestskaya Krepost (La defensa de Brest) es una película bielorrusa de 2010 dirigida por Alexander Kott, que podemos ver subtitulada en castellano, de manera gratuita y en alta definición. La película muestra la heroica defensa de la Fortaleza de Brest, que se llevó a cabo durante el primer ataque de la Alemania Nazi y sus aliados fascistas el 22 de Junio de 1941. La historia comienza el 21 de junio de 1941. Una calurosa tarde de verano, el joven cadete Alexander Afimov, integrante de la banda de música militar de la guarnición de Brest, disfruta de la apacible vida del acuartelamiento. Sin embargo, solo un día más tarde, los alemanes atacan por sorpresa, cercando la ciudadela de Brest, e iniciando un intenso asalto que choca con la encarnizada defensa de los soldados rusos. Durante los días siguientes, Afimov será testigo de excepción de la heroica resistencia de la posición frente al ataque enemigo, una defensa liderada por tres oficiales: el comandante Pyotr Gavrilov, el comisario Efim Fomin, y el teniente Andrey Kizhevatov, decididos a enfrentarse a los alemanes hasta el último aliento. El cerco de la fortaleza de Brest fue uno de los combates más encarnizados de los que se libraron durante la fase inicial de la Operación Barbarroja, la invasión de la URSS por parte de la Werhmacht alemana. La ciudadela de Brest era una antigua fortificación rusa del S. XIX situada a orillas del Rio Bug, que ya había sido ocupada por los alemanes tras la invasión de Polonia en 1939, pero que volvió a manos rusas en virtud de los términos del pacto Molotov – Ribbentrop para la partición del territorio polaco. En 1941, dicha posición, situada en el eje de avance del Grupo de Ejércitos Centro, era uno de los objetivos fronterizos claves de Barbarroja. Al comienzo de la invasión alemana, la guarnición de la ciudadela ascendía a unos 3.500 hombres entre soldados, guardias fronterizos y miembros del NKVD. La historia describe los eventos de los primeros días de la defensa, centrándose principalmente en tres zonas de resistencia, lideradas por el comandante del regimiento, Pyotr Mikhailovich Gavrilov, el comisionado Efim Moiseevich Fomin y por el jefe del noveno puesto de frontera, Andrey Mitrofanovich Kizhevatov. Varios años después el veterano Alexander Akimov una y otra vez recuerda las memorias de aquellos días, cuando el en aquel entonces conocido como Sasha Akimov, con 15 años y estando profundamente enamorado de la hermosa Anya, de repente se encontró en el centro de la sangrienta batalla en defensa del estado socialista y de la libertad de los pueblos soviéticos frente al fascismo. Todo un ejemplo que merece la pena conocer en estos tiempos en los que el fascismo está de nuevo en auge en Europa, aunque tras sus cosméticas y vacías etiquetas de “democracia” o “libertad”.

Lenin desciende a los infiernos por Paulo Coelho


















Después de hacer la Revolución Rusa, acabar con las diferencias de clases sociales y dedicar su vida entera al comunismo, Lenin finalmente muere. Por ser ateo, termina yendo al infierno.

Al llegar allí, descubre que la situación es peor que en la Tierra: los condenados son sometidos a sufrimientos increíbles, no hay alimento para todos, los demonios son desorganizados, Satanás se comporta como un rey absoluto, sin ningún respeto por sus empleados o por las almas en pena que sufren el suplicio eterno.

Lenin, indignado, se rebela contra la situación: organiza manifestaciones, hace protestas, crea sindicatos con diablos descontentos, incentiva rebeliones. En poco tiempo, el infierno está cabeza para abajo: nadie respeta ya la autoridad de Satanás.

Satanás ya no sabe qué hacer: ¿cómo puede funcionar su reino, si aquel rebelde está subvirtiendo todas las leyes? Intenta un encuentro con él, pero Lenin, alegando no conversar con opresores, manda un recado a través de un comité popular diciendo que no reconoce la autoridad del Jefe Supremo.

Desesperado, Satanás va hasta el cielo para conversar con San Pedro.

El partido comunista y el parlamentarismo

La actitud de los partidos socialistas respecto al parlamentarismo consistió originariamente, en la época de la Primera Internacional, en utilizar el parlamento burgués para la agitación. Se entendía la participación en el parlamento desde el punto de vista del sarrollo de la conciencia de clase, es decir, del despertar de la hostilidad de las clases proletarias contra las clases dirigentes. Esta actitud no se modificó bajo la influencia de una teoría, sino a consecuencia del progreso político. A causa del aumento incesante de las fuerzas productivas y de la extensión de la explotación capitalista, el capitalismo, y con él los Estados parlamentarios, adquirieron una estabilidad duradera. De ahí nacieron tanto la adaptación de la táctica parlamentaria de los partidos socialistas a la acción legislativa “orgánica” de los parlamentos burgueses, como la importancia cada vez mayor de la lucha por introducir reformas en el marco del capitalismo. El programa máximo se transformó en una plataforma destinada a discutir sobre un “objetivo final” alejado. Sobre esta base se desarrolló el arribismo parlamentario, la corrupción, la traición abierta o disimulada a los intereses fundamentales de la clase obrera. La actitud de la III Internacional hacia el parlamentarismo no está motivada por una doctrina nueva, sino por la modificación misma del papel del parlamentarismo. El parlamento, que era en la época precedente un instrumento del capitalismo en vías de desarrollo, trabajó en cierto sentido por el progreso histórico. En las circunstancias actuales, caracterizadas por la existencia de un imperialismo desenfrenado, las reformas parlamentarias que son inconsecuentes, inestables y que no están reconocidas globalmente, han perdido toda importancia práctica para las masas trabajadoras. El parlamentarismo ha perdido su estabilidad al igual que la ha perdido toda la sociedad burguesa. La transición del periodo orgánico al periodo crítico ha creado una nueva base 2 para la táctica del proletariado en el terreno parlamentario. Debido a que Rusia había perdido desde 1905 su equilibro político y social, entrando desde entonces en un periodo de tormentas y convulsiones, el partido obrero ruso (el partido bolchevique) pudo determinar ya las bases del parlamentarismo revolucionario en la época anterior.

Por una crítica marxista de la precariedad juvenil

El fenómeno de la precariedad juvenil, presentado como algo novedoso en las relaciones laborales de nuestra época por parte de los medios de comunicación de la burguesía, escondiendo acientíficamente las causas que lo han engendrado, ya fue señalado por Marx en El Capital. En esta obra encontramos las herramientas teóricas necesarias para realizar un análisis científico de este fenómeno y alejarnos de aquellas explicaciones que convienen a la oligarquía y que no son más que ideología para reafirmar su dominio. Desde las categorías marxistas, puede considerarse la precariedad laboral como ligada al concepto marxista de ejército industrial de reserva, entendiéndose por éste a aquel sector de la clase obrera que resulta excesivo para las necesidades de explotación del capital, lo que hace considerarlo como una población remanente o sobrante. Aquí, se encuadrarían todos los trabajadores que en una determinada sociedad están, como suele decirse, en “paro”. Gracias a este extra de obreros, los capitalistas pueden chantajear a los trabajadores en activo para presionar a la baja sus condiciones laborales (por ejemplo, presionándoles para que hagan más jornada por menos salario). Así, este ejército, sirve (en palabras de Marx), a la codicia y despotismo del capital. Marx divide el ejército industrial de reserva en varios subgrupos. Considera que en uno de éstos, en el intermitente, se incluyen a aquellos trabajadores en activo “con una base de trabajo muy irregular”. Las condiciones de vida de éstos descienden “por debajo del nivel normal medio de la clase obrera”, y sus características son “máxima jornada de trabajo y salario mínimo”. Estas características son las mismas que las propiedades que se atribuyen al trabajo precario: una base de trabajo irregular, para denominar el trabajo inestable; un nivel de vida por debajo del resto de la clase obrera en mejores condiciones, para denominar las condiciones materiales y subjetivas a las que quedan sumidas los trabajadores precarios; y, una máxima jornada de trabajo y un salario mínimo, para denominar un trabajo mal pagado.

Franco, La verdadera historia (+Documental)


Ésta es la historia del hombre que se convirtió en el general más joven de Europa desde Napoleón. Un hombre que alcanzó el poder en un golpe de estado, que ocultó al mundo sus acuerdos con Hitler y que creía haber sido designado por Dios para llevar a cabo una cruzada que salvara a España, firmando para conseguir sus objetivos condenas de muerte para anular cualquier atisbo de disidencia. En este documental, de la BBC, conoceremos la vida del general Franco. Documental de la BBC de 1992, escrito y dirigido por Jonathan Dimbleby. Pésimo militar y dictador implacable. Buen documental para recordar a semejante criminal. Desde el actual centro y la derecha española se intenta enterrar el pasado con olvido. Los que estudiamos en los 80 la EGB sabemos que todos los años nos quedábamos por la Guerra de la Independencia; estábamos tres años con las cuevas de altamira o el imperio romano y siempre, como consecuencia de ello, dábamos de pasada los últimos temas donde estaba algo de una 'guerra fraticida' (como les gusta llamar a los aliados de los nazis alemanes y fascistas italianos). La historia la escriben los vencedores, y la biografía de Francisco Franco es un ejemplo claro. Ahora la BBC analiza desde fuera la vida del dictador para darnos una visión realista de su vida. El documental repasa sus origenes, sus relaciones familiares, su carrera en el ejercito, sus relaciones con Hitler y Musolini, con el general Mola, sun infancia en Ferrol, ect. Resumiendo: Este documental nos cuenta la verdadera cara del dictador que tuvo a España hundida en la miseria política, social y económica. Para no repetir la historia tenemos que conocerla, sin censuras sin partidismos, tal y cómo ocurrió.